La repatriación de un ser querido fallecido es un proceso delicado que implica trámites legales, logísticos y emocionales. En este artículo, encontrarás toda la información que necesitas para gestionar correctamente la repatriación de un cuerpo fallecido, desde los documentos necesarios hasta los costes asociados y el tiempo estimado que puede tardar el proceso.
La repatriación de un fallecido es el proceso mediante el cual se traslada el cuerpo de una persona que ha fallecido en un país distinto al de su nacionalidad o residencia habitual, con el objetivo de ser enterrado o incinerado en su país de origen. Este proceso implica coordinar con las autoridades locales y consulares, así como con servicios funerarios especializados para garantizar que el traslado se realice conforme a las normativas sanitarias y legales.
Este servicio es especialmente necesario cuando una persona fallece durante un viaje o si la familia desea que el fallecido repose en su tierra natal. A menudo, las funerarias se encargan de la gestión integral de este procedimiento, facilitando la organización a los familiares en un momento tan difícil.
La repatriación de un fallecido requiere de una serie de documentos legales y administrativos que aseguran el cumplimiento de las normativas sanitarias y de transporte. Entre los documentos más comunes que necesitarás, se encuentran:
Es importante contar con la ayuda de una funeraria especializada en repatriación, ya que gestionarán la obtención de todos estos documentos.
Repatriar un cuerpo fallecido es un proceso que requiere una serie de pasos importantes, que deben ser seguidos de manera coordinada entre la familia, la funeraria y las autoridades consulares:
Lo primero que debe hacerse es notificar a la embajada o consulado del país de origen del fallecido. Ellos guiarán a la familia sobre los procedimientos legales que deben seguirse y les proporcionarán información sobre los documentos necesarios para la repatriación.
La funeraria local debe encargarse de la preparación del cuerpo y de obtener los documentos necesarios, como el certificado de defunción, el certificado sanitario y el permiso de embalsamamiento o cremación si es necesario.
El transporte del cuerpo puede realizarse por vía aérea o terrestre, dependiendo de la distancia y las opciones disponibles. Generalmente, las compañías aéreas requieren que el cuerpo sea embalsamado y transportado en un ataúd sellado.
Los costes asociados a la repatriación de un cuerpo fallecido varían según el país en el que se haya producido el fallecimiento, la distancia a recorrer y los servicios funerarios que se contraten. Entre los gastos más comunes, se encuentran:
El coste puede oscilar entre los 3.000 y 10.000 euros, dependiendo del lugar de origen y destino. Esto incluye el coste de los servicios funerarios locales, los trámites legales, la preparación del cuerpo, el ataúd y el transporte internacional.
Normalmente, los paquetes de repatriación incluyen la coordinación de los trámites legales, el embalsamamiento o preparación del cuerpo, el ataúd y el transporte hasta el país de destino. Algunos servicios adicionales, como la recogida en el aeropuerto, pueden tener un coste aparte.
El tiempo que tarda el proceso de repatriación depende de varios factores, como la rapidez con la que se obtienen los documentos necesarios y las políticas del país de origen y destino. Generalmente, el proceso puede tardar entre 5 y 15 días, aunque en situaciones excepcionales puede extenderse.
Existen estrictos protocolos legales y sanitarios que deben cumplirse al repatriar un cuerpo fallecido. Estos protocolos están diseñados para garantizar que el cuerpo llegue en condiciones óptimas y sin riesgo para la salud pública.
Elegir una funeraria especializada en repatriación es esencial para garantizar que el proceso se realice sin problemas. Es recomendable seleccionar una funeraria con experiencia en repatriaciones internacionales y que ofrezca servicios de asistencia en la gestión de documentos.
Algunas funerarias también pueden ofrecer asistencia en la gestión de trámites consulares, transporte desde el aeropuerto y servicios de cremación en caso de ser necesario.
Es necesario obtener un certificado de defunción, un permiso de embalsamamiento o cremación, y un permiso de traslado internacional.
El proceso puede durar entre 5 y 15 días, dependiendo de la rapidez con la que se gestionen los documentos y la disponibilidad de transporte.